Cuando yo soy la noche en la que duermes
y mis brazos guardianes de tus sueños,
ya no quedan batallas invencibles
y el miedo tiene miedo de existir.
Cuando es mi cuerpo sábana en tu piel
y en tus ojos Morfeo está jugando,
entonces mueren todas las preguntas
y el sol vive a la vuelta de la esquina.
Cuando vence el cansancio a tu mirada
y se adueña la luna de tu mente,
yo soy una mujer distinta y nueva
abrigando tu paz bajo mis dedos.
Si te toma la mano alguna estrella
y yo soy la testigo de su rapto,
los mapas pierden todos sus dibujos
y el mundo en nuestro cuarto sigue vivo.
Cuando llega el descanso hasta tus párpados
y me roba tus besos unas horas,
mientras llega la aurora yo descubro
que hay colores pintando las tinieblas.
Cuando juegan a ser cielo las farolas
y es tu reino el calor de nuestras mantas,
aprendo en la dulzura de tu rostro
el sentido de todos los misterios.
Cuando atrapa el silencio a las ciudades
y esconde tus palabras el ocaso,
yo soy una mujer más verdadera
esperando contigo a la mañana.
